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Una artista destacada

  • Identidad
  • Sep 4, 2015
  • 4 min read

Aquel día de lluvia a mitad de cuadra, me encuentro con algo abandonado que llama mi atención, laobservo con curiosidad y decido cargarla hasta mi taller. La limpie y la guarde en una esquina, sabía que tarde o temprano la necesitaría. Cada tanto la sacaba de su rincón la contemplaba algunosinstantes pero volvía a su lugar. No era su momento aun. Año mas tarde, esa estructura de madera de casi mi estatura, llena de huecos y algo frágil salió de su lugar pero no volvió mas a su rincón. Elmomento había llegado, y el encuentro se estaba por producir…. Innumerable cantidad de revistas quehasta ese día habían estado mudamente contemplando el espacio, comenzaron a hablar sin palabrasdesde el lado opuesto a donde se encontraba el esqueleto que hoy yacía desnudo colgando de lapared “ norte” del taller.

Una leve llovizna se coló por la ausente ventana y un suave viento se permeo por debajo de la puerta.

Al unísono perdieron la calma compaginándose en una intensa ráfaga que ataco las revistas. El

contenido de las mismas comenzó a deshojarse golpeándose contra las paredes del recinto, cayendocon fuerza desgarradora como balines de granizo al suelo. Arrugados, fríos y cansados se acumulaban sin pausa. La habitación se inundo, ya ni mis pies lograba ver. En un breve lapso de tiempo la ambigüedad que yo misma había generado era tal que no sabia si se trataba de un juego o de unapesadilla. Tampoco entendía la imposibilidad de frenar ese ciclo: arrancar, arrugar y lanzar con fuerzaal piso. La ansiedad aumentaba desesperadamente. En vano insistía en poner orden a pesar de lagran turbulencia que controlaba el momento. Decidí acompañar la corriente, no era posible detenerse ymucho menos hacerse a un lado. Sumida en la revolución y escuchando la música de mi confusión, meataco un relámpago de lucidez y vi diferente. El ciclo se quebró. Con miedo pero con ímpetu percibí queese mar embravecido contaba con potencial suficiente para poder tomar una nueva forma única ypropia. La combinación de la disminución de la duda y el aumento de la determinación, mas un altocomponente de aceptación de un pasado turbulento caducado y un posible futuro de diferenteluminosidad era lo que daría cohesión a esa pieza que con fuerza deseaba que tuviera forma tangible.

Desconocía la forma final del cuadro, no me preocupaba, una vos bajita anunciaba que ese era elsendero a recorrer a pesar del dolor que podría causar. Solo debía una vez mas, “ continuar “ y

respetar la naturaleza de las partes para acceder al todo del conjunto sin perder la individualidad de loscomponentes del futuro tesoro, donde yo estaba incluida.

Levante la vista y la respuesta estaba allí, el vacío que portaba la estructura y el lleno que buscabadonde ubicarse confundidos el uno con el otro, se encontraban en el mismo recinto. Era cuestión decomenzar a bailar en el espacio remanente entre ambos. De a poco la situación comenzaba a cobrarvida, como si cada fragmento supiera donde ir y como debía actuar. Una vez determinado el sentido, ladirección apareció sola. Entendí que no valía la pena luchar con una organización rigurosa. Menos aunintentar llenar todos los huecos existentes ni asustarme por la presencia de los mismos, cuando esoseran los que permitían que la estructura pudiera respirar.

Un día al entrar al taller, note que no solo no quedaban mas papeles en el suelo sino que se me

habían acabado las palabras, no quedaba mas por decir. La obra estaba completa y yo estaba en

paz, todo estaba donde tenia que estar, no faltaba ni sobraba nada. La revolución interna habíanconcluido dando paso a una nueva presencia que portaba su adecuada vestimenta para poder existiren la vida, nuevamente.

Aquella tarde soleada, cuando se vendió el cuadro, le pregunté al cliente si quería saber al historia quelo genero. Y me respondió: “esa historia es tuya, yo me enamore de lo que el cuadro evoca hoy en mi ypor eso se lo regalare a mi esposa para festejar nuestros 50 años de casados”

Por la magia de los ciclos, el hechizo de los cierres y la inercia de los comienzos.

Sabiendo que en cierto modo todos somos artistas de cada uno de nuestros días me gustaría extenderuna invitación a pensar : “que” del año que esta por culminar desearíamos llevarnos para el 5776 paraexplorar la posibilidad de aprender a ver la belleza en el potencial de las transformaciones.

Entender, 27.36

(Papel de revistas de vestidos de novia y pintura al aceite sobre estructura de madera 150 x 89 x 38 cm. 2012-2013)

Intenta hacer alusión al periodo único e irrepetible, que vive una mujer desde el inicio de la construcciónde una vida en pareja, la llegada de los hijos hasta el quiebre de la institución como familia.

Periodo donde toma forma una danza compleja de ilusiones emergentes como flores de primaveraconjuntamente con sueños que van quedando por el camino como hojas que se vuelan con los vientosfuertes de la llegada del otoño.

Hace alusión a las diferentes capas invisibles que se van generando durante la construcción de unarelación. A ese periodo hojaldre donde no paran de tejerse día a día las fibras imperceptibles a los ojosque envuelven, abrigan y enredan.

Así como las diferentes capas que dan forma y estructura a un vestido de novia, diferentes emocionesy sentimientos se van apilando con el paso del tiempo en una relación.

Y como siempre después de la tormenta llega la calma, es aquí donde toman forma física, emociones que nunca podré poner en palabras.

Fuente: Identidad


 
 
 

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